Venecia se rindió este sábado a los pies de Guillermo del Toro y su Frankenstein

Ago 31, 2025 - 19:40
Venecia se rindió este sábado a los pies de Guillermo del Toro y su Frankenstein

Venecia se rindió por completo este sábado ante el Frankenstein de Guillermo Del Toro, recibido de inmediato por la crítica especializada como un espectáculo visual de ribetes colosales y “una experiencia fílmica enorme, de las que las salas necesitan para llenarse y reivindicarse”, según la primera reacción del enviado del diario español El País Tommaso Koch. Producida por Netflix (que aportó 120 millones de dólares) se estrenará en casi todo el mundo en las limitadas y reducidas dimensiones que ofrece el streaming. Jacob Elordi, uno de los protagonistas de Frankenstein, en la alfombra roja de este sábado en Venecia

Tan fuerte resultó ese recibimiento que la proyección de gala, realizada en el atardecer del sábado en la Sala Grande (la de mayor capacidad de todo el festival) con la presencia del director y de los actores, se cerró con una ovación de entre 13 y 15 minutos, según registraron distintos medios de Hollywood presentes en el auditorio.

La atención casi excluyente que despertó en la cuarta jornada del 82° Festival de Cine de Venecia esta nueva y monumental versión del clásico de Mary Shelley, que el director mexicano soñó e imaginó desde que era un chico, dejó en segundo plano la fuerte movilización pro-palestina que se llevó adelante desde las primeras horas del sábado.

Unos 700 manifestantes llegaron en barco para sumarse a una marcha que tenía, como se había anunciado antes de la jornada inaugural del miércoles último, la intención de llegar hasta la mismísima alfombra roja. En la embarcación y también durante la movilización en tierra fueron abundantes los carteles con alusiones a la situación que se vive en la Franja de Gaza.

El punto de concentración inicial de la protesta fue la plaza Santa Maria Elisabetta, donde fueron desplegados sobre el piso, a modo de anticipo simbólico de la marcha, decenas de pequeños barcos de papel armados a mano, con los colores de la bandera palestina. La manifestación pro-palestina de este sábado en Venecia también contó con manifestantes llegados en barco

Pero la protesta no pudo superar el cordón impuesto por la policía en las cercanías del Palazzo del Cinema. Solo tres personas en un momento intentaron saltarlo, según informó el Corriere della Sera, pero fueron bloqueadas de inmediato por los carabinieri. Según los organizadores, participaron de la movilización unas 5000 personas, cifra que no fue corroborada por las autoridades.

No hubo figuras internacionales destacadas entre quienes protestaron. Solo algunos nombres del cine italiano familiares para el público local, como los actores Roberto Zibetti (integrante del elenco de La Grazia, última película de Paolo Sorrentino, que abrió Venecia 2025) y Donatella Finocchiaro. El director griego Yorgos Lanthimos pasó el jueves último por la alfombra roja de Venecia luciendo un pin con los colores de la bandera palestina; a su lado, Emma Stone

Del mundo de intérpretes y directores que viene presentando desde el miércoles sus películas en la muestra solo el realizador griego Yorgos Lanthimos (su último film, Bugonia, compite este año por el León de Oro) hizo una demostración explícita de su compromiso político. Acudió a la conferencia de prensa y pasó por la alfombra roja el último jueves luciendo un pin con los colores de la bandera palestina. Un momento de la movilización pro-palestina de hoy en Venecia, que no pudo llegar hasta la sede del festival de cine por el bloqueo policial

A la vez, el candente tema de la guerra en Medio Oriente comenzó a dividir con fuerza al mundo artístico italiano. La polémica se disparó cuando algunos nombres muy notorios del cine peninsular tomaron distancia del documento que en un primer momento incluyó 1500 firmas en defensa de la causa palestina y con fortísimas críticas a Israel por iniciativa del movimiento Venice4Palestine.

“Cuando firmé el documento no existía ninguna solicitud de exclusión de ciertos artistas. No es mi opinión, no estoy de acuerdo”, dijo el director Ferzan Ozpetek, uno de los más importantes del cine italiano, en alusión al pedido que Venice4Palestine hizo expresamente al Festival para que se retirara la invitación para participar del festival a los actores Gal Gadot y Gerard Butler, que en su momento expresaron su apoyo a Israel. Ferzan Ozpetek durante su última visita a Buenos Aires

“Algo muy fuerte está ocurriendo en Gaza y creo que después de todo esto ninguno de nosotros volverá a ser completamente feliz. Este sufrimiento permanecerá siempre en nosotros. Pero esto no debería llevar a censurar el arte, que es una forma de expresión, ni a los artistas”, dijo Ozpetek, director de uno de los films más vistos de los últimos tiempos en Italia, Diamanti.

El actor, director y guionista Carlo Verdone, otra figura muy popular del cine italiano, fue más lejos al tomar distancia de la carta que había aceptado originalmente firmar por pedido de Silvia Scola, la hija del director Ettore Scola. “Los actores no pueden convertirse en un tribunal de la Inquisición. Un festival es un foro de debate, tolerancia y libertad. Sin embargo, esto es censura. Por supuesto, no podemos ignorar lo que ocurre en Gaza, pero lo que quiero es restablecer la verdad. Gadot y Butler no estaban allí bajo lo que yo firmé. No son gente que lanza bombas, son actores como yo. Gadot es israelí, hizo el servicio militar como todo el mundo allí. No podemos cargar a dos actores con la inhumanidad de una guerra interminable”, señaló. Oscar Isaac, una de las figuras del elenco de Frankenstein, en la alfombra roja de Venecia, este sábado

La jornada, más allá del tono político de las protestas, empezó y terminó con el protagonismo absoluto de Frankenstein, presentada fuera de concurso. “La vida era más que un sueño, era una religión. Me criaron como católico, pero nunca entendí bien el concepto de los santos. Finalmente, cuando me encontré con la figura de Frankenstein, aprendí cómo eran”, dijo Del Toro sobre su obsesión de toda una vida finalmente llevada a la pantalla en una producción de 120 millones de dólares financiada íntegramente por Netflix.

“Desde pequeño –agregó el realizador mexicano- tuve una visión de cómo sería mi criatura. Sin embargo, aún no sabía que la película sería la historia de dos padres y un hijo. Esta película es autobiográfica. Quería que la criatura fuera un recién nacido, casi frágil y traslúcido, que resaltar cómo los personajes imperfectos tenían derecho a seguir siendo imperfectos y diferentes, pero sin dejar de interactuar entre sí. Entonces, ¿qué es humano?”Un exultante Guillermo del Toro en la alfombra roja de Venecia, antes del estreno mundial de su versión de Frankenstein

Del Toro también dijo que Frankenstein no es una metáfora sobre los riesgos de la proliferación de la inteligencia artificial: “No hay tarea más urgente que la de permanecer, en una época donde todo tiende a la bipolaridad, en una comprensión profunda de nuestra humanidad. No le tengo miedo a la inteligencia artificial, sí le tengo miedo a la estupidez natural”.

Del Toro pasó por la alfombra roja acompañado por el elenco completo de la película: Oscar Isaac (que personifica al doctor Frankenstein), Jacob Elordi (el monstruo), Christoph Waltz y Mia Goth. También estuvo allí Ted Sarandos, el máximo responsable de los contenidos de Netflix y también de prestar apoyo incondicional por segunda vez (la primera fue el largometraje animado Pinocho) un proyecto ambicioso de Guillermo Del Toro.

El dilema queda abierto. Frankenstein es uno de los títulos más esperados con vistas a la próxima temporada alta de premios. Según el veredicto unánime de las primeras críticas difundidas este mismo sábado desde Venecia, la película (de dos horas y media de duración) fue concebida de principio a fin para ser vista en pantalla grande por su marco visual, unimponente despliegue de producción y el cuidado por el detalle en la confección de cada escenario y cada personaje.

Pero la inmensa mayoría del público la verá en todo el mundo a partir del 7 de noviembre en Netflix, a través del streaming, y en pantallas de dimensiones mucho más reducidas que las de un cine. Al mismo tiempo, sin el poder económico de la plataforma de la “N” roja, Del Toro no hubiese llegado a hacer esta película con su sello. Ningún otro estudio tradicional de Hollywood está en condiciones de hacer semejante inversión. Un dilema que hoy resulta imposible de resolver.

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