Nuevo mapa de riesgo sísmico: cómo queda San Juan y qué cambia
Argentina tiene un nuevo mapa de peligrosidad sísmica elaborado por el INPRES que actualiza, con datos y metodologías modernas, la estimación de las sacudidas máximas esperables del suelo en cada punto del país. El esquema mantiene la clasificación en cinco zonas (0 a 4) y diferencia con claridad peligrosidad/amenaza (probabilidad e intensidad del movimiento) de riesgo (que además depende de cuán expuesta y vulnerable es la población y su infraestructura).

El rediseño llega tras la mayor revisión en décadas y consolida información instrumentada y de catálogos sísmicos recientes, dentro de un análisis probabilístico propio de la ingeniería sismorresistente. A nivel oficial y periodístico, se reconoce el salto metodológico y el carácter de “primera gran actualización en unos 40 años”, lo que vuelve al mapa una referencia central para obras y planificación.
¿Cómo califica San Juan?
San Juan queda ratificada en el máximo nivel de peligrosidad (Zona 4) en su franja cordillerana y precordillerana, incluyendo el Gran San Juan y el sur provincial; mientras que sectores del este muestran peligrosidad elevada (Zona 3). En términos prácticos, esto significa que el diseño sismorresistente en la provincia debe atender las exigencias más altas del reglamento.
Para entender la escala: el reglamento argentino INPRES-CIRSOC 103 asocia Zona 4 con aceleraciones pico de referencia del orden de 0,35 g, y Zona 3 con 0,25 g, valores que guían el cálculo estructural de edificios e infraestructuras críticas.
Qué cambia y qué no (por ahora)
Aunque el nuevo mapa ya está difundido por el INPRES y la comunidad técnica, la zonificación reglamentaria vigente para aprobar proyectos sigue siendo la del INPRES-CIRSOC 103 hasta que se incorpore formalmente la nueva cartografía en una versión actualizada del reglamento. En otras palabras, los municipios y organismos de control deben aplicar la zonificación oficial vigente, mientras preparan la transición.
Impactos esperables
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Obra pública y privada. En San Juan, la categoría de Zona 4 implica detalles constructivos más exigentes, control de calidad de materiales, y verificación específica de elementos no estructurales (cielorrasos, instalaciones, equipos). Esto es clave para que hospitales, escuelas y centros de respuesta sigan operativos tras un sismo severo.
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Planificación y emergencias. El mapa sirve para priorizar refuerzos en edificios existentes y ordenar el crecimiento urbano evitando vulnerabilidades evitables (por ejemplo, equipamiento crítico en suelos desfavorables).
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Seguro e inversiones. Con más precisión espacial (el INPRES remarca que dos domicilios de una misma ciudad pueden diferir en peligrosidad), se esperan tasaciones y primas más finas y mejores criterios para parques industriales y obras lineales.
En síntesis
El nuevo mapa de peligrosidad sísmica no “predice” terremotos, pero mejora la foto de cuán fuerte puede sacudir el suelo en cada zona. Para San Juan, la conclusión es clara: sigue en el tope nacional de exigencia y la prioridad pasa por consolidar el cumplimiento estricto del reglamento, acelerar la adaptación normativa cuando el mapa se incorpore formalmente y avanzar en refuerzos donde la vulnerabilidad aún es alta.
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